viernes, 18 de abril de 2014

Ajustes de cuentas. ¿Qué hacemos con los sicarios?

¿Qué hacemos con los sicarios?
Los puntos sobres las íes…

Abril de 2070 - Montesexto, República Occidental del Arroyo de las Vacas. (De nuestro corresponsal).-

Tal vez nos hayamos acostumbrado a la frase “es un ajuste de cuentas”, pero por suerte el gobierno no lo hizo. Fiel a su costumbre, nuestro líder ha anunciado por su canal de Youtube una nueva iniciativa para combatir este grave problema.

Lo hecho hasta ahora no ha servido para nada. Los contratos de muerte campean en nuestras penillanuras levemente onduladas. Debemos encarar el tema desde una nueva perspectiva” ha dicho.

Y se han puesto manos a la obra.

El proyecto en estudio prevé la prohibición absoluta de los contratos privados de sicariato, con penas nunca antes vista. Concomitantemente, se crea una unidad estatal encargada de tales menesteres. “Con esto lograremos regular el precio de estos encargos, además de garantizar trabajos limpios y sin sufrimientos” dijo nuestro líder. En apoyo al proyecto, Danil Al-Tori, sempiterno vice de algo, agregó que el proyecto debe ser votado sin discusión. “No es admisible que algunos mueran con balas de plata, como las que usa el Gaucho Solitario, mientras que otros sufran balas oxidadas”, dijo, para finalizar con el consabido “balas de plata para todos o para nadie”. Terminada su conferencia de prensa, repartió invitaciones para el lanzamiento de su nuevo movimiento, el Frente Liberador del Sicariato (FLS)

Pero no todo lo que brilla es una pistola. Dentro del oficialismo han surgido diferencias. El Ministro de Defensa quiere que los Sicarios Estatales Anónimos y Libertadores Solidarios (SEALS) salgan de sus filas. “Ahora que se nos terminan los curros en la isla del Caribe, necesitamos ocupación para la tropa. No debemos dejarlas tomando mate a la sombra de los ocalitos recibiendo las cagadas de las cotorras” dijo (NdeR: Se refería a Haití y no a Cuba). El Ministro del Interior se opuso raudamente. “¿Quién más preparado que nuestra gente en esto de pegarle tiros a la población civil? terció, bicho como siempre. Para no ser menos, el titular del Ministerio de Desarrollo Social (MIDES) pidió para su cartera dicha encomiable tarea, afirmando que “es la oportunidad para sacar de la marginalidad a cientos de buenos muchachos que han desviado su camino por culpa del neoliberalismo, del consumismo y de las TV de 42 pulgadas. Ya es hora de avanzar con las políticas inclusivas y antimarginantes. Ya es hora de implementar el homicidio igualitario y antidiscriminatorio. Y redoblo mi apuesta, voy a cambiar el nombre del ministerio a “Ministerio de Sicarios”, y si prestan atención, verán que no necesitaré cambiar la papelería ni la cartelería, así que ni siquiera Al-Tori podrá protestar por el aumento del gasto

La oposición no se quedó atrás. El joven candidato Lavereda (en realidad, a sus casi cien años en el resto del mundo lo tratarían de anciano, pero en nuestro país sigue siendo el líder de menor edad) reflotó su viejo proyecto de autosicariato. El mismo contempla la posibilidad de que cada uno pueda cometer los homicidios en forma personal y no por encargo, con lo cual se evita que nuestra población deba relacionarse con aquellos sectores que conforman el crimen organizado.

Subiendo la apuesta, el grupo de las Juventudes Progrecibas e Inclucionistas (dejaré para otra nota los problemas educativos y de lenguaje existentes en el país) propuso agregar al proyecto la posibilidad de crear clubes de autosicarios. Eso sí, esta actividad estaría altamente reglamentada. Planean que estos grupos tengan entre quince y cuarenta integrantes y que sólo puedan ajustar cuentas con personas con las que algún integrante del club haya tenido problemas. “Que la población se quede tranquila. No permitiremos que se acepten contratos para vengar a terceros ajenos al club”, afirmaron.

Hasta el prelado de Montesexto metió baza. Si bien el proyecto le genera alguna duda, no es totalmente contrario al mismo. Sostuvo que el combate contra los ajustes de cuentas no va bien; hasta que los chicos no aprendan a leer, el quinto mandamiento es letra muerta (me animo a afirmar que además de aprender a leer, deberán aprender a contar). Hasta tanto, continuó, lo planteado puede ser un escenario aceptable. “Algo distinto de lo que se está haciendo hay que hacer” concluyó.

También pudimos recoger la opinión del líder del Movimiento de los Frutos del Bosque, Pedro Borda-Berry. Fiel a sus convicciones, e igual que lo viene diciendo desde hace ya varias décadas, dijo para quien lo quiera oír que “cuando yo gane, derogaré esta ley”.

Su correligionario George Batalla, en su casi sesquicentenario, opinó en forma diametralmente opuesta. En su cuenta de Facebook, que por otra parte debe ser el único que lo sigue usando, hizo una osada defensa a este proyecto. “Como decía Milton, la única manera de bajar la criminalidad es despenalizar las actividades delictivas. Y si no se baja, no sé si tendremos una buena sociedad, pero al menos será más divertida” se pudo leer en su columna casi semanal.

Pero no todo es agua de rosas. Ni bien conocido el proyecto, el Canciller Al-Amargo envío una protesta formal en nombre de su presidente a nuestro gobierno. En la misma, en resumidas cuentas, acusaba a nuestro líder de haberle robado el proyecto a su jefe. Ni corto ni perezoso, nuestro preclaro dirigente con el lenguaje académico que lo caracteriza, raudamente se la mandó a guardar.



Na’que ver. Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa. El que vea similitudes entre ambas regulaciones seguro que está fumado” fue la respuesta oficial.